Viajando a todos los espacios

...excepto al tuyo, porque lo traigo conmigo.

Así lo describo, no encuentro mejor ni más precisa manera de describir el cómo desperté.

Todo lo clásico: el no saber completamente qué hice ayer, cómo ni por qué. Un día anterior de muchas emociones, difíciles charlas y la poca comida previa no es la mejor de las ayudas para digerir con calma ni para evitar perder el suelo antes de dormir.

Desperté y poco a poco la evidencia fue diciéndome qué sucedió, cómo, todos los detalles. Analizando con calma, el cansancio físico con el que desperté parece haberse minimizado por la cruda moral. Soy culpable de lo que me sucedió, estaba anestesiado y no sentí el golpe hasta hoy en la tarde. Fue horrible, quisiera regresar en el tiempo y decir lo que siento ahora y no lo que en ese momento parecía que estaba bien. Todo esto es horroroso, no encuentro manera de reparar, de disculparme incluso conmigo mismo.

No sé qué clase de persona permite algo así, quizá solo los que se embriagan en su propia razón, en su ser de todos los días.

El espejo hacia mi interior no me reconoce, se siente completamente ajeno a este planeta. Nada de esto tenía que ser así.

¿Conocen la cura? Dormir ya intenté, olvidarlo también (pero no). Quizá sea hora de juntar la evidencia e impugnar valiéndome de mi estupidez temporal, o de plano solo disculparme...

Cierto día de mi vida, hace cerca de 500 días, tomé la decisión más importante de mi vida. Lo adopté como una misión, una meta, algo que sabía que -tal cual lo vivo hoy- me llenaría de mucha satisfacción.


El precio no lo conocía. Parece que tuve que poner de mi bolsa para esta empresa, vivo hoy en números rojos -diría el de finanzas-. Quizá esa percepción sea cierta hoy, posiblemente en algunos mañanas tendré más de lo que tenía, cosa que de momento no importa.

Lo importante es que lo logré...

Luego de prometerme que te ayudaría, me pregunté cómo. Sí, yo quería inventar un artefacto para conectarlo a nosotros y pasarte toda mi felicidad, toda mi alegría, y un poco de mi vida -si es que eso de algo servía-.

Y lamentablemente no la inventé, pero de alguna manera ya había algo ahí que era capaz de hacer eso que yo quería. Sin buscarlo, encontré ese algo.

Ahora, la única pizca de alegría es la que me causa haberlo logrado, que crezcas sin parar y que poseas todas esas energías para salir adelante, para mejorar.

Ahora debo naufragar un rato, no sé cuánto ni adónde iré a dar -como buen náufrago que soy-, mas la esperanza de hallarte nuevamente, y que halles a un yo renovado y listo para ti, me mantiene a flote de un par de maderos que hallé.

Besos.

No, no son dias, ni horas. Tampoco besos ni caricias, porque de ésos ya perdí la cuenta desde el primer amanecer, primero allá y el primero aquí, cuando al fin nuestros mundos se hubieron encontrado ni unirse ni nada parecido.


Y así las sigo contando con alegría, una a una, como típicamente se ilustran a pequeñas e inocentes personas arrancar pétalos de una margarita. Pero el mío es todo un árbol, parece y deseo que sea interminable, que no cortes el tallo para que yo siga escalando hasta el fin de las nubes, hasta llegar o incluso rebasar el cielo (sí, a ti). Claro, como en ese cuento, pero yo no sembré, sembramos... y tengo la total certeza de que allí no hay monstruo alguno, quizá sí gigante, pero me tratará como nadie sabe hacerlo.

Mientras, sigo contándolas, contándolos, contándonos. Quisiera, y a la vez no, perder totalmente la cuenta y la noción de en dónde me quedé. Pero, hasta que eso ocurra, me quedará la alegría de que poco a poco, como se construyen las mejores cosas, seguirán aumentando las cifras y multiplicándose las alegrías.

Interrumpí algo, empecé algo, deje todo igual, o mejoré algo, no lo sé. Quizás llegué tan repentinamente que ni yo me enteré, mas cuando me vi ahí... supe que ése era mi lugar.

Sonrío, aunque me veas serio. Brinca, pese a que no lo ves... posiblemente lo sientas con la palma de tu mano y luego me dejes acariciarte eternamente, como tanto anhelo.

Quedo de ti. Queda a medias esta cuenta. O no a medias, a milésimas, millonésimas, si nos alcanzara la vida.

Hasta pronto, diario, siempre, el fin y más.


Antonio Quintana

Hoy, sentado en la saliente agonía de mi ser. Saliente porque tú me has guiado a lo mejor de mí. Agonía porque es un viaje al que no quería ni quiero partir. Y mi ser... apenas empieza a ser.


Me guías con las estrellas que me has regalado, las negras y pequeñas, las no tan pequeñas. Y ésa que me encanta, que es más la compañera de un planeta, y no una estrella, pero la amo al verla en el cielo, sobre todo de noche y cuando brilla más, también cuando se ve a medias, como anunciando su llegada a lo poco y hermoso de cielo que puedo ver.

Pero son ésas las que contemplo. Me extraviaría con toda facilidad si solamente contara con ellas. Necesito algo más, algo que sepa dónde estoy y que me muestre el mundo.

Ahí están, un par de estrellas que a lo cerca son, mejor dicho, galaxias casi hermanas que describen su interior por completo. Son hermosas, brillan y más cuando llueve dulce, sin importar que esté nublado o si yo cierro mis ojos.

Las amo, son la mitad de todo lo que deseo ver. La otra mitad eres tú y lo feliz de mi nuevo y hermoso hogar. Y todo esto.

Pd: Te dejo las caricias donde siempre, para cuando despiertes o cuando vuelvas, y no esté.


Antonio Quintana

Ciento once según alguna marciana numeración, ¿recuerdas? Cerca de treinta son cien, uno sigue siendo uno. Sí, trescientos treinta y cinco, uno menos treinta. Todos equivalentes, todos son hoy. Lo sabes.



Tienes aroma a la madera de la pequeña casa, a pequeño lago de la que empezamos a hacer, a la comida llamándome desde que entro a la puerta, a nuestro eterno lugar de descanso, a tus besos y abrazos, a tu ausencia que me acompaña cuando debes partir y yo me quedo o llego a la inmensidad del hogar, a los sonidos de tu corazón, a tus pasos al lado de mí, al recuerdo que tengo de ti a diario, a los más de mil amaneceres. Todo será siempre un secreto para los ajenos.

A nubes de azúcar, agua de limón, a yogurt, esa crema que antes era de pera y ahora es de café, pastel de queso con zarzamora. Sabes.

Recuerda: me gustas libre, así te conocí y así te amé, no puedo hacerlo de otro modo.

Pero también debes saber... saber que anhelo repetir tu compañía, y saber a otras tantas cosas más que aún no descubrimos. Saber que te amo, saber a mi ser.


Antonio Quintana

Sí, leyeron bien... Hoy no es el día, ya lo sé, pero ayer estaba ocupado y ciertamente me da igual el día. Lo que me trae hoy a escribir esta entrada son los remanentes de dicho evento.


La cuestión es que hoy, ya que llego a casa (ya que afuera el sol nos quiere matar por ya no rendirle culto), me decido a ver TV, cosa que nunca hago, y pensé: "Ah, ya van a dar las 3, creo que en el canal 40 pasaban un buen programa de debate, cosa seria en vez de un nido de viejas chismosas balbuceando con sus respectivos bufones. Encendamos la tele...".

Pero de pronto...

¡Sorpresa! ¿Dónde está Andrés Roemer cuando se le necesita en TV? Haciendo algo más importante, lo sé. En su lugar sale una fulana que deja mucho que desear del programa, ésta presenta a una diputada que tiene facha de psicóloga cuarentona. No se ofendan, psicólogas, pero no habría adivinado que es diputada si no lo hubieran dicho antes; tampoco se ofendan las cuarentonas, pero de eso hablamos luego.

No es eso lo peor, sino que el tema era... Sí: "El día internacional de la mujer".

A ver, hermosas mujeres, explíquenme ¿qué se supone que ustedes festejan este día? ¿Que son mujeres?, ¿que pueden tener hijos?, ¿que son bellas como la mismísima Venus?, ¿que pueden hacer mil y una cosas a la vez sin desconcentrarse -he visto a mujeres no poder hacer eso-? No, en serio, díganme.

Aclaro: las mujeres me parecen maravillosos seres, nos quieren y blah blah... Pero ¿un día para ellas? ¿No creen que eso es... no-equidad de género? Huy, el gran némesis del 8 de marso; pero no sé que pase por su cabeza si creen que son los únicos seres que sufren, ¿o lo son?

Les platico lo que sucede en mi amada "ciudá de la ejperanza". En el metro (subterráneo, metropolitano, o como lo conozcan), hay horarios y espacios reservados para mujeres, porque de verdad que luego hay cada sujeto que se quiere pasar de listo debido a la inmensa proximidad que hay entre usuarios a ciertas horas. Va, me encanta la idea, sabemos muy bien que muchas mujeres no se pueden defender en situaciones así, yo firmo donde quieran para que tomen medidas como ésa más seguido y en más lugares. Ahora va el otro filo de esta medida, porque hay mujeres que se dedican a extorsionar a hombres para que ellas no los acusen con la policía de supuesto "toqueteo", o como sea que le puedan llamar. El pobre hombre en cuestión (no se lo deseo a ninguno) no puede hacer nada, ¡está indefenso!, por tanto debe "mocharse" con la hábil mujer aprovechada e irse con toda su frustración entre las cejas.

¿Increíble, no? Bueno, y ni qué decir de todas esas cosas en las que dan preferencia a las mujeres. ¿No que mucha equidad, igualdad, y todo eso que se murmura a gritos en cuanto medio existe? Yo no sé en qué esté pensando la gente cuando habla de cosas como "los derechos de las mujeres". ¡Patrañas!

No estoy pidiendo un día para los hombres, tampoco que nos den taxis rosas o azules. A mí nada más me encantaría que ya se quitaran todo ese rollo de la mente, que vivan como todo mortal masculino (y femenino) y se sigan superando, porque lo merecen y pueden.

A mi sincero parecer, festejar algo así es obscenamente arcaico y además, de ese modo, lo único que lograrán será frenar todos sus futuros logros. Sé lo que les digo.

Me despido... espero no lean esto, les dará pereza y no aceptaré reclamos al respecto.


- Antonio Quintana

Sí, sí, hola.


Hace algunas horas me reía muchísimo de un pobre tipo. Ay, todavía me hace reír el desgraciado y ni siquiera en mi mugrosa vida lo he visto; seré claro en eso, no soy tan malo para exhibirlo tan en público (jeje, me río de tan solo acordarme). Bueno, total que al pobre chico no le fue mal; vamos, se trató solamente de unas cuantas burlas y nada grave, seguro ni sabe. Pero ¿qué de aquellos haitianos a quienes les cayó el chahuistle hace unas semanas? o ¿qué me dicen de Cabañas?, de lo segundo no sé si creerles eso de que no recuerda nada, y todo porque además también me molesta mucho que pongan TODA la atención en casi una sola cosa. Me hartan. Lo único que le saqué bueno a ambos sucesos es el buenísimo chiste que todavía me hace reír: ¿En qué se parecen el América y Haití? -Risas-.

Además recordando el insufrible bombardeo para que donemos desde un mensaje hasta casi un riñón y las córneas, bombardeo además paralelo al que ya existía. ¡Puf, vaya que soy afortunado! Y es que agradezco que no me guste ver TV y que la radio que frecuentan mis oídos no están tan violada por toda esa basura ridículamente homogeneizada que luego llaman "medios de información"). Ah, claro, que me quedé en el bombardeo. "Puej jí", seguramente habría donado mis peluches para las niñas haitianas o algo así, pero la televisión nunca logrará extender sus tentáculos hacía mi enmarañado cerebro. Doblemente afortunado que soy, ¡sí!.

Pero, repito, ¡pero no! ¿Creen que cuando vivía en Chiapas hace cinco años, y "nos inundamos todos", alguien me mandó siquiera una escueta lata de atún? ¡Claro que no! La mera verdad no me quejo, no la necesitaba. ¿Saben por qué? ¡Sí! Porque a mí no me pasó nada de nada; yo seguía yendo a la escuela aunque luego se hacía el relajo porque había que dar un poco de vuelta, cosa de niños para quien viva en una ciudad (como la de la esperanza) donde suceden cosas así día a día. Esos días veía a mi papá aplatanarse viendo el noticiero y alcancé a ver las imágenes que casi me hace sentir como nadando entre aguas residuales y basura flotando (porque eso parecía, o dicen que es, el río Sabinal). Dije: ¿eso dónde es? No, que aquí. ¡Ah, caramba!, pero ¿por qué nadie me dijo que estoy en desastre y que a mi casa, junto a la de todos mis tuxtlecos vecinos, está a un metro bajo el agua? La respuesta era muy sencilla... Ajá, un décimo de la ciudad esta así.

Ya, dejaré de hacerme la víctima, no me pasó nada (ni nadé). Total, pa' qué me quejo si ni me pasó a mí.

Chole, pues. Ahora les pregunto si alguien nos echó una manita cuando nos llovió con la influenza porcina. Nuevamente ¡no! Y no nada más eso, ¡nos dieron la espalda en casi la totalidad del mundo! Entonces nos teníamos a nosotros mismos y ¡ay de quien saliera sin cubrebocas! Los que no lo hacíamos éramos mirados como portadores de una cosa semejante a la peste bubónica en las calles de la tan hermosa Inglaterra victoriana (para entonces eso ya era cuento chino, pero quedó en la memoria por mucho). Me sentí cucaracha y ahora ya no las mato y ni me atrevo a mirarlas feo.

Iba a terminar de exponer el resto de mi aversión por el caso Haití (lo de Cabañas ya ni cabe aquí), pero se los dejo a la imaginación con todos los argumentos que acabo de poner.

Pensaba en dejar de escribir entradas de este tipo, siento que es medio deprimente empezarme a sentir viejito cascarrabias que está a favor de nada. Pero, !vamos¡, es la primera vez, de cualquier manera no creo hacerlo seguido, me da flojera y el único objetivo era la distensión. Espero no haber herido susceptibilidades; si así fue, mi menos franca y honesta disculpa.

Ya me dio flojera seguirle... Adiós.


- Anton.immo

Hoy no sé por qué escribo. Hace ya tres cortes de pelo que no pongo nada, pese a que ha sucedido tanto ya, i.e. ya han pasado más de doscientos días, he renacido, he pasado un semestre de ocio, he ido a diversos rincones del mundo, he aprendido muchas cosas, mi musa es cada día más hermosa, han pasado un par de enteros libros por mis ojos -deberían ser más, pero hay otras cosas que debo leer y otras que me distraen-, he conocido muchas otras personas, pasé el mayor de los fríos de mi vida, perdí amistades, gané otras, consolido unas tantas más, me inicié en algún idioma nuevo -muerto, pero ahí está-, adquirí una nueva vista al mar -de conocimientos de la escuela- desde la ventana de mi sala, recorrí kilómetros con distintos objetivos, me moví entre diversas nuevas emociones, bailo los ojos con ritmos nuevos en mi lista de reproducción..., ¿tengo que decir más? No creo. es tedioso ya.


Y es que entre tanto muerto, tanta guerra, tanto desastre, tanta tragedia, tantas risas, ¿qué importo yo, que soy una mínima partícula, parte de la gran masa humana movida por sandeces en todo medio posible?

En realidad no sé qué poner, esta entrada era más como un "sigo vivo" con tintes de "ya pondré algo bueno, ignoren esto" pero, como siempre, me excedí. Pero no terminaré aquí, no; es que tengo ganas de escribir, de seguirme expresando... pero no sé ni qué ni cómo. Estoy fregado, lo sé de sobra.

¿Y si discutimos que ya valió grillo nuestro amado mundo? Bueno, quizá nomás nosotros y otras miles de especies más. Total, pasarán muchos añitos y ya habrá nuevos seres habitando por estos lares -eso si los sobrevivientes, véase cucarachas y compañía, lo permiten-, muy guapachosos y contentos todos ellos, sin nada de la porquería que hoy nos cae hasta del suelo mismo. Pero no, creo que me dejaré eso para cuando esté más enterado y, sobre todo, inspirado.

Bien. ¿Qué tal si abro un hilo sobre música, películas, libros, café, chicas, festivales y todo eso? Uhm, se antoja complicadón; verán: la neta, la neta, no sé nada de eso; yo nomás tomo café con mucha azúcar y leche -gracias, ya me mandaron al médico por eso-, libros ni leo casi -a menos que les interese alguna ciencia exacta y no la literatura-, tengo gustos extraños con las chicas, al último festival al que intenté asistir era sobre enchiladas/chilaquiles, veo películas que luego ni a mí me gustan. Bah, ni me desgastaré en feos intentos por decir mil veces nada.

¡Ya sé! Echaré a volar mi imaginación... ¡Oh, vaya! Ahora que recuerdo, yo tenía un cuento pendiente por escribir. Más que cuento, era como una pequeña historia; ajá, creo que ya tengo algo más en qué pensar, ¿no es genial? Prometo que trabajaré en ello pero no lo comenzaré a publicar hasta que ya tenga cierto avance, algo de hilo y ordene de manera adecuada mis ideas.

Ahora sí, termino esta horrible entrada. Pero dejo mi palabra de que, con ayuda involuntaria de la musa, leerán cosas bonitas por acá. Otras veces crearé escenarios y personajes ficticios, me encarnaré en uno, todos o ninguno, y contaré lo que sucede. La cosa es poner a trabajar la materia gris, ejercitarla y mejorar cosillas. Vaya, para eso es este miniespacio: es mi laboratorio de letras.

No quiero despedirme, lo odio tanto como al hambre mundial -de la cual sufro a veces-. Lo haré indirectamente porque volveré directamente la próxima vez a algo medio bueno.

Y ya... Hasta la próxima entrada.


- Antonio Quintana

Son muchas las cosas que suceden en doscientas horas.

Todo puede ir desde arriba a abajo, ir a cada lado de un ser hasta el otro de alguno más. Se puede combatir desde dos filas de ejército distintas, inclusive contrarias. Alguno de nosotros pudo convertirse en juez y parte, en acusador y acusado, en defensor y hasta en opositor de alguna causa; quizá no al mismo tiempo, o posiblemente sí. Es tan posible y divertido jugar a ser el perro, el ratón, después el gato, o el periódico para después... para terminar siendo el balde con agua fría que termina con todo ese juego.

Por increíble que parezca, se puede construir un mundo completo, deshacerlo cien veces y rehacerlo ciento cincuenta más; transformar a más de un ser en ilusión pura -su materia inicial-, o materializar un cúmulo de ilusiones que se evaporan más pronto de lo que fueron pensadas.

Pese a todo ello, el final puede ser el más de los inesperados y, a su vez, el más de los comunes: no pasa nada, todo se queda tal cual -o así para los ojos extraños-, con la salvedad que sí pasó y eso solamente queda en la mente de todas las partes. No hubo espectadores.

Y que al final todo siga igual no quiere decir que no haya pasado nada, todo sucede por alguna razón. Creo haber dicho antes que lo malo no lo es por completo, jamás, sino que trae consigo buenos vientos... algunos más fríos.

A veces necesitamos tanto del frío que nunca lo sabemos. Vivimos sin la conciencia de que, de vez en cuando, no nos vendría nada mal llegar a casi congelar nuestra sangre, densifircarla, tomar café saturado de azúcar, dejar que nuestro vital líquido rojizo -en algunas partes más que en el resto- devenga en una especie de miel con la cual nada más los extranjeros de nuestro cuerpo se podrían deleitar. Dejar el sonido del mundo allá, que no salte por la ventana hacia el nuestro, no por ahora. Cerrar los ojos y no confiar en otra cosa que no sea el tacto, un tacto que se hace más sensible al calor -seguimos congelándonos de afuera hacia adentro, de adentro hacia afuera... lo último en recibir el inmenso frío será lo que se encuentre entre los huesos y la carne: ese enésimo sentido que no conocemos y usamos, el de la vida-, caminar con solo eso y nada más, tropezar sin descanso. Ahondar en pensamientos hasta dejarlos atrás en el pozo que desemboca en lo último sobre lo que pensamos cuando actuamos: nosotros.

Perder toda noción, ¡cuánto lo necesitamos! Regresar a ser lo que deberíamos ser, pasando antes por ser algún ente eterilizado y lleno de todo el vacío del universo invisible; vomitar todos los pensamientos, gritar hasta la última gota de sangre en ondas que bailan embriagadas de uno mismo.

Terminar sabiendo que necesitamos del calor para sentir fría hasta la última fibra escondida, remota y apartada del resto de la nada; que el mismo frío nunca es suficiente, ni el hielo, para matarnos unos instantes y dejarnos recomenzar de cero.

Nunca habrá como los primeros doscientos pasos, las primeras doscientas horas, o las últimas, por qué no, de alguna de nuestras vidas que nunca gastamos -resultado de su desconocimiento por nuestra parte-... nunca habrá pasos hacia atrás, vuelta al pasado -tan solo un vistazo, si acaso-, mas siempre es posible empezar como si fuese posible todo ello, y más.

*Canción de hoy
I'm in love with the darkness of the night
I'm in love with all that's out of sight
I'm in love with the magic of the new
...and the darkness loves me too
[Xandria - In Love With The Darkness]


- Antonio Quintana

Luciernaga de luz que enciende mi ser, cubre mi piel con tus alas, libera mi espiritu con eso que no ilumina esta habitacion pero si mi corazon.

Siempre te he visto partir, y siempre venir... pero siempre con ganas de atraparte en un frasco para iluminarme mientras vivas, aunque yo se que eso te matara y no traera ningun bien salvo que sea pasajero en lo que sobrevivir a aquello, mas prefiero ver tu libre vuelo y destellar para que, al final, termine conquistado eternamente mas tiempo del que pudiera conseguirlo teniendote en un frasco pequeño y diminuto, apagando para siempre la luz invisible que, desde la primera vez que la vi titilar, me tiene atrapado en mi propia mente. Es entonces cuando esas ganas de quitarte la vida de ese modo desaparecen.

En el dia, mientras duermes o no estas, escribo en mi mente pequeñas particulas de pensamientos sobre ti, pasan las horas y deseo recordarlas pero no puedo. No puedo porque se han ido ya al corazon, ese lugar que la mente no entiende ni comprende, apenas conoce porque es su otra mitad, sin embargo sigue sin entenderle, como si un humano quisiera conversar con una mariposa, asi.

A diario espero que no partas, luego partes y te espero a diario. De ese modo sera mientras aun vuelvas a mi, a mis brazos que ansian los tuyos como yo a ti.


*La cancion de hoy dice:
now that I do really know you
yes, I really care!
[The Gathering - Leaves]


- Antonio Quintana

Guardo en muchos lados ese recuerdo, sobre todo en mi mente y en uno que otro lado. No asi en mi corazon, ya que ahi no es un recuerdo sino algo que todavia permanece, pero que apenas empieza... sin embargo puede recordar ese sentir de cuando entonces. No puedo hablar de un inicio, porque me es desconocido y es eso lo que lo convierte en algo especial, digno de recordar y vivir.

Lo otro es como dije: esa falta me hace sentirle lo agridulce a la vida para luego, al terminar ese momento, el dulce es el unico sabor que permanece, dulce como a eso que sabes.

Para hoy dia sigo contando con la capacidad de contar uno a uno los dias, pues incontables son muchas otras cosas, aquellos suspiros robados por tus palabras, tu recuerdo, los diversos amaneceres que tiene cada dia, llevar y ser llevado, las horas en que la neblina desaparece de mi mente y se llena de esos pensamientos con nombre y apellido, el tamaño del huracan de ideas que se evapora desde mi y transforma mi alrededor en un mundo para menos de tres -al menos en mi pequeña mente-; sobre todo esos cambios que no son imaginarios que provocarian en mi seguir diciendo centenas de millares de idioteces como todas las que no tienen sentido y suelo poner aqui, cuyo unico sentido es que no lo tienen salvo para un par de extraños seres, entre ellos, por supuesto, yo.

Sigo escribiendo en todas partes. El cuento que tiene por mucho cinco lineas y centenares de ideas no aterrizadas, como inconclusa tengo esa carta que al final terminara pareciendo una antologia de muchas en su tiempo tampoco conclusas, hasta podemos incluir a estas mismas lineas como ejemplo.

Y, para hacerle honor a esta oda a lo incompleto y absurdo -para los no enterados, claro-, dejare esto hasta aqui... Nos leemos =)


- Antonio Quintana

pd: disculparan la ausencia de mis tildes, me he cambiado de computadora por ahora

Recuerdo esa parte de la canción, todos la coreamos hasta en el tributo e incluso con el video previo a él, ese video del concierto donde la última canción fue esa: Travel. Todos parecíamos indiferentes ante el resto, excepto la tan esperada, dejaron sus pláticas sin o con poco sentido, otros hasta se pararon, se volteron a la pantalla, la vieron, la escucharon, la sintieron.

¿Cómo es eso posible? Alguien tan lejano y que ni conocemos nos cause algo así, la amamos y lo único que conocemos de ella son sus canciones, sus tatuajes, su poca vida personal, datos comunes y corrientes; y los allí presentes, todos, la amamos.

Diría su nombre, pondría su foto, o una canción suya, pero quien me conoce ya sabrá a quién me refiero. Siempre me he preguntado qué se esconde detrás de ese fenómeno tan extraño y particular al mismo tiempo, de repente no tengo ganas de saberlo... De todos modos esta entrada la quería hacer hace tiempo, cerca de una semana, ahora lo recordé y estuve en condiciones de hacerlo.

Pasando a otras cosas, se pueden preguntar por qué no he escrito mucho ahora porque estoy en un proyecto, en realidad dos, pero al que me quiero referir ahora es al de hacer algo un poco más extenso. Quiero dar un salto, o cambiar de forma de escribir para aprender, la cosa que planeo es un cuentecillo, pequeño, pero será un primer paso. Quizá vaya dando avances, pero lo he pensado y no lo creo factible dado que es muy posible que deba realizar cambios hacia atrás ya que esté en cierto punto, las ideas no vienen en el mismo orden en que van escritas... o todo sería un revolvedero.


*La canción de hace una semana dice:
I wish you knew
your music was to stay forever
and I hope...
I have no clue
if you know how much it matters
[The Gathering - Travel]

*... y la de hoy:
hush in my hands
there's not a thing so precious
than you in my hands
you can never let me leave you...
so, please, take care of me...
[Agua de Annique - Take care of me]

Claro, tenía que enmendar todas las entradas que no he hecho. Hasta pronto.


- Antonio Quintana

Muchos de nosotros recordaremos con certeza ciertos momentos de nuestra vida que fueron difíciles, otros muy alegres, algunos a los que nos negamos o aferramos, en fin. De chicos alguna vez pateamos una mesa, golpeamos la cama o la pared, pataleamos al piso, soñamos con nuestra almohada o peluche favorito en brazos.

Así justificamos el que hayamos tantos con una almohada digital con usos tan diversos que describirlos y enumerarlos sería desatinado, todo a pesar de que aún seguimos durmiendo aferrados a un trozo de tela, un muñeco, o lo que se nos ponga enfrente... pero la necesidad y el fin ahora son distintos.

No puedo contener hacerlo, mi naturaleza no permite formar presas emocionales y simplemente impulsa todo a seguir un rumbo, a veces lo elijo y otras tantas no; más ahora que llueven emociones sobre mi ser y lo alimenta, le da vida, más que alguna otra vez. Porque hasta nosotros tenemos ciclos, estaciones por atravesar, vida para dar.

Hace muchas horas intenté hacer esta entrada, creo que quedará a medias e inconclusa, al menos por ahora.

*La canción de hoy dice:
sometimes it's better to lay...
don't you think?
[The Gathering - Confusion]

- Antonio Quintana

Es increible soñar, ¿no es así? Todo lo que alguna vez quisimos está ahí, así como todo lo que queremos y también va colado lo que ni sabemos que queremos. Curioso, ¿no?, sabe más nuestro subconciente que nosotros; deberíamos de hacerle hablar más seguido y así evitaríamos mil y un problemas tan cotidianos como la contaminación o el ir y venir de miradas perdidas que no se pueden encontrar ni a sí mismas.

Particularmente me encanta soñar, escribiría todo al respecto pero... se me viene a la mente ese sentimiento que dice "No quiero despertar", se siente taann mal que dejaré de escribir esta entrada.

Me despido, seguiré soñando y espero nunca despertar... se ve tan real.


- Antonio Quintana

Hay algo que muchos creemos es lo más pequeño de la naturaleza -¿Más que nosotros?- que oculta los misterios de hasta los más grandes, pasando por nosotros. Hablo de esas fuerzas diminutas pero mayores que la tierra misma, capaces de hacer que dos cosas distintas -término, creo yo, mal utilizado... le diremos complementarias- se atraigan con una fuerza tal que solamente alguna fuerza externa (muy superior y además perpetua, cosa imposible) cambie ese estado, impuesto por la naturaleza y no aceptado por todos, en especial por ajenos. Lo mismo sucede con algunos efectos humanos, que ahora llamaré electrohumagnéticos, juju... así creamos el electrohumagnetismo.

Ahora que está tan en boca de todos aquello del cambio climático, chistosamente (palabra dominguera muy usada por mí) también en los humanos -en especial yo- también se da ese efecto, curiosamente las causas y los efectos no son ni buenos ni malos, sino todo lo contrario. Seré breve en este punto: se abrió un agujero en mi capa de ozono y se ha evaporizado toda nube como vapor soplado y disipado al infinito del olvido, es ahora el sol quien día a día se da el lujo de salir varias veces por día -¡y sin ocultarse!- y hacer maravillosos días, contrario a todo lo pronosticado por pseudo-expertillos en materia ambiental.

Vemos cómo los humanos tenemos cosas tanto naturales como antinaturales, pero la naturaleza predomina en nosotros... ¿No es eso suficiente para identificarnos con ella y apoyarla?

Y, bueno, por ahora dejo de escribir. Tengo que estudiar para un examen que ocurrirá en hora y media, además de comer para no desmayarme. Pues sí, en lugar de hacer lo que debería, no es lo que hago.

Me despido.

- Antonio Quintana

¿Lo recuerdas? Ésta es la ocasión para hacerlo.

Y sí, porque en aquella ocasión te limitabas a ver el calor del proceso, mientras llovía encima y nunca entendí por qué jamás lo viste. Era inminente el olor a tierra mojada, los arroyos reviviendo, las hojas sobrevivientes retomando vida nueva y de nuevo, y las nubes deshaciéndose desconsoladamente...

Aunque... después de todo, hasta el sol aprenderá la valiosa lección. Luego, el fuego terminó por hacer su ansiada labor, y solo queda deleitar el resultado.

- Antonio Quintana

Nunca dijeron cómo, ni siquiera si se debía, ahora lo hago yo...

Nunca diré que sea indebido, mas no lo recomiendo. Una vez empezado o terminado, no hay marcha atrás. Y de ese final nadie ha vuelto para contarlo, que sea bien sabido de una vez y sea tomada ésta como la primer y fundamental premisa.

No obstante lo anterior y lo siguiente -no el presente-, ni yo mismo soy quién para impedirlo, mi tarea en el juego no se extrapola más. Que, además, por supuesto estaré a la gustosa espera de ver que suceda, sí. Complejo, también cierto, nadie dijo lo contrario, es ahí donde su belleza radica y la de la fragancia del ente al que intermitentemente pertenece... de ello podría decir, inventar, citar y robar cientos de versos y prosas, pero todos saben dónde están.

Sí, todos dispuestos, ¿y la manera? No hay una única, es como todos aquellos muchos escondites que puede tener un niño más sano que el mundo que habita, es un pequeño travieso vestido de secreto que se deleita de no ser encontrado, y es siempre celado por su retórica madre, lo carga o lo oculta tras su falda, un día blanca, al otro también; una mañana es verbal, la siguiente emocional, alguna posterior será nominal, siempre ella y, solo a veces, siempre su hijo, él sin importar que durante o al final del día cambie totalmente su antifaz.

No hay forma de saber el rumbo a tomar, conforme los pasos son firmes el bosque sigue abriendo sendero. Caminante nunca tendrá el camino, caminante hace del camino su destino, y es él quien dibuja sobre la tierra la línea que en el pasado recorrerá, si es digno de ello, sin desatino.

Hoy es día de al fin volar, el viento revolotea ansioso y mi ser también, no al mismo compás pero sí escritos por el mismo hielo que deshiela al calor de mis venas, escritos sobre una piedra: la última. Nada más sea dicho y... tomado por ambas manos por distintos seres, ¡llevémonos al viento a volar!

- Antonio Quintana

Fragmentos:

Todo lo que necesitaba era un poco de aliento ajeno, que el alcohol fermentara mi ser y saliera evaporado para tomar algún color indescifrable y silueta de mujer; que las palabras adecuadas llegaran de NoImportaDónde aunque lo indistinto del lugar no le quite méritos a su autoría.

Recibir un "no" por respuesta cuando los hechos dicen sí, siempre será algo que lastime mi ser y más el que yo lo esconda, peor aún el que diga una cosa en vez de otra a manera de cobrar las cuentas que nunca se saldan. Es esa extrañeza incomprendida por mí, todo combinado con una especie de megalomanía sin música alguna.

Pero sí, el remedio siempre estuvo frente mío o en alguna parte de todo el panorama que siempre tuve enfrente mío y, debido a mi incapacidad mental, nunca vi. No sé dónde estaba pero apareció sin más y ahora estoy, si bien no completamente fuera y bajo la luz de mi habitual oscuridad, sí la empiezo a redescubrir.

Podría agradecer de infinitas maneras por las casi infinitas suertes de las que he gozado, no sé cómo, o puede que sí... sucede que, análogo a mi lado izquierdo lejano, tengo una extraña manera de decir todo revuelto, aún sabiendo la facilidad que tengo para hacerlo a la normal usanza y lo bueno que resultaría, o eso creo. Mis intenciones no son las que parecen ni las que son, pero a la vez sí.

Alguien cree saberme, eso no importa. Importa solo su propósito y la manera de hacerlo. Decir algo sería redundar sobre lo obvio y dejaría de ser yo para incrustarme en un falso ser, ajeno a mí, con pretensiones distintas a las mías y... todo se perdería dada tal falsedad.

Estiro mis brazos desde lo profundo de un mar heterogéneo de desconsuelo, alegrías, cantos vacíos, luces dobladas sin destino, con la única esperanza de ser jalado hacia alguna dirección que pueda ser la salida. Mas lo único que recibo son apretones de mano etéreos. Nadando entonces entre aquel vómito emocional de los demonios menos queridos por sus homólogos, me orillo un poco a verme en otra dimensión como víctima de los remolinos que no me dejan dar rumbo a mi cuerpo que de materia tiene poco.

- Antonio Quintana

Es la luz de tus ojos detrás de esas ventanas la que me rescata día a día, o al menos evita mi posible constante hundimiento; los zurcos de tu sonrisa -a veces fingida para salvar el día- los que provocan a los míos a despertar; y el balanceo de tu ser cuya mano diestra es la siniestra.

Han pasado ya cerca de tres días, todos con sus días y sus noches, desde que extrañamente me invadió un no-sé-qué. El primero e incluso el segundo son soportables, todo pasa como si nada en este pequeño mundo -igual del pequeño que su poseedor- aunque su núcleo se congele.

Hoy ya tenemos los primeros 100 minutos del tercero en forma oficial, horas para el cuarto de mi conteo. Sigo aún sin saber qué o quién sea su causante, lo seguro es el efecto: estruja algunas pocas pero más importantes partículas de mí y de un poco más allá.

Poco le queda para ser incontrolable.

Algo debo drenar, lo sé y no sé qué sea. Y cuando lo sepa no estoy seguro de saber la manera, el lugar, el momento, nada. Termino por caer en cuenta que soy la máquina solucionadora de todos mis problemas pero no sé cómo funciono, grave problema.

Me da náusea mental el pensar que debo conocerme, solo sé que es demasiado y que para cuando lo haga en la medida necesaria pueda ser ya muy tarde; al mismo tiempo imploto por saberme ajeno e ignorado por mí mismo.

Ya están por pasar los primeros 120 minutos del día, las primeras cientos de letras, mis primeros sentires y mi despertar como alguien dispuesto a adentrarse en sí, en otros cientos de minutos más pasarán los primeros rayos de sol a través de esta mirada que hoy está perdida pero ya busca su rumbo -quizá en otra mirada...- y se propone ser la iluminación hacia el exterior de todas las ideas que por años se ha planteado el ser que los encierra.


- Antonio Quintana.

Con dedos de fémina deidad me despojaron de ellas, con la mayor de las suavidades existentes, sí... aún así retrajo tanto cada fibra de mi pequeño ser, pues son los pesares del alma los que dejan sin aliento y otras veces sin vista o algún otro sentido, físico o no.

Ahora las busco...

Sin perder un solo segundo, veo en todas direcciones y, con ese sentir del que solamente nosotros estamos dotados, las busco sin parar ni dejar pasar un respiro.

Todo empieza a perder color, así como deja de tener luz la esperanza tanto de encontrarlas como de que algún día siquiera hayan existido; que mi desprendimiento de ellas haya sido mi nacer en un tiempo nuevo y sin saber cuándo dejé el anterior.

Y, sin embargo, quiensabe... si las tuve alguna vez o no, es también posible como imposible el conseguirme unas nuevas. No un repuesto, sería injusto. Las nuevas tendrían nuevo inicio y nuevo fin. Vuela mi corazón y no mi cuerpo de tan solo imaginar el cielo -quizá nuevamente- visto desde tan alto que faltará aire para continuar.

Así, seguiré mi curso y mi destino.


- Antonio Quintana

¿Será una especie de magia? Siempre me lo he preguntado. No, eso es mentira, no siempre, de hecho muy raras veces. Aunque cuando lo hago es intensamente como aquellas contadas y muy recordadas veces que he dejado salir a mi interior y expresarse en lo que es llamado comúnmente amor.

Y la pregunta no era ésa, ahora se entederá y quizá la transmita pero no como mensaje sino a manera de contagio. Es que me inquieta el empezar a decir algo y terminar diciendo otra cosa sin siquiera terminar lo emprendido, quedando a medias todas mis ideas... Me gusta, pero a otros tantos no, usualmente a los extraños que creen conocerme o lo pretenden; como si yo pusiese una extraña especie de barrera imaginaria en sus mentes, ya que las hay reales.

De igual manera me sigue gustando, la corriente de mis pensamientos me arrolla al adentro de su mar y al fondo al mismo tiempo de alguna otra cosa de naturaleza distinta.

Me dicen por ello: loco, extraño, ajeno y propio a lo más ajeno, distante de lograrme dar a entender, entre otras más cosas que no recuerdo pero yo no dudaría en decir si yo fue otro y me conociese. De ningún modo tengo pensado cambiarlo puesto que me empezó a gustar hace mucho, tanto que ni recuerdo no sé si sea por el tiempo o por el enorme cúmulo de ideas que ahora seguramente lo cubren, de forma que ha pasado a ser la alfombra roja sobre la cual desfilan.

...entonces reitero y además añado: no simplemente me gusta, me encanta y fascina -como el helado del tono de su piel que me hace sentir permanentemente en invierno, como ella y la vida misma juntas en un ser siamés de forma indefinida solamente identificada por mí-.


- Antonio Quintana

Alguna vez tanto anhelé conocer una ventana que diera más allá de la calle, mas nunca la encontré... hasta hace poco.

Es ella particular. A veces es tanta la luz de su propio sol, perteneciente a otro universo, es la que no me deja ver, y otras veces me lo impide la negrura de su ser no tan imaginario pero nada real.

Se trata de una ventana especial, no se ve ni se abre -o no aún-, mucho menos se siente y sigue sin dejarme sentir el viento que corre tras ese material del que está hecha y me permite ver tanto únicamente cuando sueño, ya sea dormido o despierto.

No es abierta como si se tratara de aquello a lo que acostumbramos darle ese nombre, sino que tiene una silueta; no encantadora a la vista ajena pues no desea ser inútilmente pretendida ni repetidamente conquistada a la usanza de los mortales que seguramente lo harían, incluso sin pensar -porque parece estarles prohibido ese privilegio de libertad-. Es cristalina y dentro suyo corre un viento acuoso del que deseo beber, nunca lo he visto, pero lo sé y eso me hace sentir el menos contradicho para tal cosa.

Quiensabe si pueda, si sea lo que siento, si siento lo que sé, si sepa la manera, si haya una manera de pasar al interior (¿o exterior?) sin romper mi remover una sola de sus fibras, mas bien como un transporte a conceptos distintos sin cambiar nada mío ni suyo. Pero lo único certero es que es eso lo que deseo, el motor de mi movimiento desordenado sobre cada uno de nosotros, movimiento no tan físico como etéreo.

De todo ello hay algo malo: hay una sombra que parece atacarle como un cáncer externo que padece en su interior y es el causante de eso oscuro no-deseado por ella en su ser, puesto que lo deseado también me atrae, siendo su voluntad yo nada puedo hacer... Es entonces preciso que empuñe mis fuerzas con la siniestra y disfrute el blandir, con la diestra, mi espada frente a semejante enemigo que, con tan solo conocer mis pensamientos, sé que empieza ya a dar marcha atrás, y ella empieza a curar.

Así, mientras tanto, seguiré en saltos entre estos dos o quiensabe cuántos mundos más sean, uno el que todos ustedes ven, otro el que les conté, y el resto de los míos y combinaciones de míos con ajenos a quienes les fue o no permitido su paso e intromisión... Y, sin embargo, no se sabe si al incidir en su centro yo perteneceré menos a este espacio, o si perteneceré más, si volveré sobre hombros o a cuestas trastabillando con mi sombra, si serán botas o tacones los que conducirán los pies de quienes me sigan.

En realidad no lo sé, todo lo imagino, y es ello lo que resulta en que convergan a la vez tanto un hermoso sentimiento como un amargo pesar.

Sentir amor es hermoso, amargo es saberse amado o no; la primera amargura es tardía y la segunda temprana, ninguna mejor o peor que la otra...


- Antonio Quintana

Hola! creo que esta será la entrada menos leida de mi blog, pero en fin.

No sé exactamente por qué lo hago, quizá porque llevo largo tiempo pasando de vez en cuando a uno de estos, además que me encanta expresar lo que me pasa por la mente, lo que siento, las cosas del día-a-día, o lo que me dice alguien, no sé... con tantos intereses sobre mi cabeza supongo que habrá de sobra para escribir.

Si bien no es la primera vez que escribo en algún blog - ya que tengo mi fotolog y solia usar el tan feo metroflog, deshice mi hi5 y he abandonado también el myspace porque mandé cancelarlo y parece que esos tipos es lo que menos quieren, allá ellos -, este espacio se me hace algo distinto, me da la libertad de escribir de lo que sea y no solamente de algún tema en específico que no tiene nada que ver conmigo o todo lo contrario, así puedo decir algo que se me ocurrió o algo que descubrí, qué se yo...

No se qué escribir hasta ahora, a pesar de que me gusta hacerlo, supongo que hará falta algo de inspiración (una musa?). Generalmente escribo lo que me han dicho que se llama verso libre, no puedo decir que soy bueno escribiendo aunque sí podría decir lo mismo sobre algunas ideas que se me vienen a la mente, espero no equivocarme respecto a eso ya que siempre lo he creido.

Ahm, tampoco tengo idea de quién vaya a dar a este blog, y más porque no quiero dárselo a alguien de mis conocidos -quizá lo haga luego-, siendo más honesto con ustedes que me leen, he descubierto hace medio párrafo que lo que deseo es conocer más personas, ya que eso me satisface; empezando a hablar un poco de mí podría decir que me encanta conocer gente, aprender de ellos y empalmarme lo más posible con cada uno hasta donde me sea posible, soy creyente de que la amistad es el más fiel, puro, y grande de los amores sobre el universo; habrá quien pregunte ¿acaso no tienes familia? sí, la tengo pero, muy independientemente de los problemas que pueda tener con mi reducida familia (madre, padrastro, media hermana), estoy completamente seguro que la relación e incluso el amor que hay hacia nuestros familiares es obligado aunque algunos se sientan ofendidos por ello, ya que es algo que nos han dicho que así debe ser y al vivir en la misma casa la relación es obligatoria, casi todo se convierte en un acuerdo de convivencia, puedo hacer excepciones con algunos hermanos que pasan a ser amigos de toda la vida, así lo mismo sucede, no muy a menudo -y por desgracia-, con nuestro padre o nuestra madre, espero sea su caso.

Puede haber quien me quiera preguntar ¿por qué lo haces si no lo mostrarás a nadie que conoces? o alguna otra cosa, ya que me lo preguntaría si leyera a alguien como yo. Las respuestas son sencillas, la respuesta es que me encanta expresarme como espero hayan notado, cosa que a mi pareecre todos deberíamos de hacer y así liberamos muchas cosas que hay dentro nuestro y solo nos perjudican o impiden que cierto bien llegue a nuestra vida. Y, ¿por qué sobre la internet y no otro lado? Muy sencillo: si te gusta cierto tipo de arte o cosa (o lo que sea, quien sea) que a tus amigos o compañeros de la escuela/trabajo no les parece en lo absoluto, éste resulta el medio ideal para conocer gente que sí se interese y con quien intercambiar ideas, etc. Ya me extendí.

Bien ¿y yo? no sé cómo describirme, empezando por ahí... tengo muchas facetas, algunas buenas y otras malas, me gusta y no sé bailar, adoro la cocina pero no sé mucho de ella, estudio ingeniería y me gustan las lenguas extranjeras, el latín, la música desde jazz y electrónica hasta el metal gótico, algo de clásico, ópera, música de cámara, blues, rock -¡Por supuesto!-, los sabores dulces y los extraños, recordar y ver al futuro siempre en presente, ser y seguir siendo aunque no sea yo mismo y aún así puede que esa sea mi forma de ser, a veces vuelo alto y de repente aquellas alas se quedan volando mientras caigo sin siquiera saberlo sino hasta que estoy hundido, sé que sentir dolor no es tan malo porque siempre habrá gloriosos momentos para comprarlos con aquellos y eso nos hace sentir mejor; quiero recorrer todos los rincones de la vida poco a poco, aunque mi vida suele ser acelerada y de repente tan pausada que me desespero porque mi ritmo natural es siempre ir adelante y atrás, creo que ni yo lo sé, sólo sé que algo debe haber en mí que marque mi forma de hacer las cosas, como si estuviera muy complejamente programado de modo que por más aleatorio que parezca, no lo sea, y me gustaría descubrirlo, aunque por otro lado creo que sería mejor no descubrir aquello...

Aún siento que falta muchísimo por decir de mí, y no terminaré pero será mejor empezar un poco: acostumbro a hacer planes sobre miles de cosas que termino no por abandonar a mitad del camino (y eso si las empiezo) porque me desaniman, me dejan de producir placer (incluso fastidiar, mejor dicho) ciertas cosas que antes lo lograban, ahora mismo ya llevo mes y medio en este semestre y quiero que acabe porque las materias se me hacen aburridas aunque al inicio me emocionaba aprender todo sobre ello, esto sin tomar en cuenta que me considero bueno en lo que hago y me gusta hacer más que los demás, porque sé que puedo, el lado negativo de eso llega cuando alguno de mis compañeros hace algo que yo no puedo y en ese instante me siento casi nada, eso supongo que es normal pero no conozco casi a nadie que le cause tanta frustración como a mí y que "se crea" tanto como yo; eso puede ser malo, lo sé, pero suele traerme más satisfacciones que penas y con eso tengo más que suficiente, me sostiene cuando parece que me caeré una vez mas en, ¿qué puede ser, una semana?, y parezco ser el único acostumbrado a saber que algún día dentro de los 2 ó 3 siguientes caeré tan bajo como para no salir de entre el cobertor y mi cama, envuelto queriendo regresar a los sueños que tuve (si es que fue así) y no despertar hasta que todo haya pasado, como esconderse bajo techo cuando llueve tanto casi como su fuese un huracán; ya me desesperé de escribir sin tener resultado, me apresuraré y me confortará que alguien lo leerá siendo que "postee" algo o no, es mi único objetivo: ser leído.

He sido claro, siento que no he dicho nada en concreto -¿alguna vez lo he hecho?-, ahora mismo me llega la sensación de esa imagen que suelen poner del grupo AA, en que llega algún nuevo al grupo y se presenta con algo como: -Hola, soy Antonio y... (algo aquí)-. Luego, los demás responden al unísono: -¡Hola, Antonio!-. Suena chistoso, ja, me da risa y con eso me es suficiente puesto que no pretendo hacerlos reir, sino abrirme un poco.

Esta es, muy a mi manera, la forma de decir: ¡HOLA, MUNDO!


- Antonio Quintana

pd: sé que es mucho, espero lean.
pd2: prometo luego plasmar algo que se me ocurra

Acerca-de

Mi foto
Cd. de México, D.F., Mexico
De lo general a lo particularmente general... Soy una persona usualmente antipodal en sentimientos, pensamientos, acciones, gustos, y muchas otras cosas de quizá menos intensidad y no por ello no tan importantes. Detalles sin concluir en: http://habitantedelamasdestellanteoscuridad.blogspot.com/2009/03/hello-world.html

Esto es:

un conjunto de pequeñas nadas que hacen el todo =)

Amigos que me leen